El encuentro constituyó un profundo viaje por los fundamentos teóricos y prácticos que han cimentado la notable trayectoria de esta creadora, cuyo trabajo coreográfico se distingue por una sabia y original síntesis de tradiciones.
Con notable lucidez pedagógica, la Maestra desentrañó ante el auditorio las complejas interconexiones entre el cuerpo danzante y los flujos de energía que lo habitan. Lo más fascinante de su exposición fue descubrir cómo su teoría coreográfica se nutre de un diálogo fecundo y consciente con la milenaria cultura china. No se trató de una influencia superficial o decorativa, sino de una asimilación profunda de principios filosóficos como el yin y el yang, aplicados a la dinámica de las tensiones escénicas y los contrastes en el movimiento.
La conferencia reveló cómo conceptos fundamentales de la medicina tradicional china, particularmente aquellos relacionados con el qi o aliento vital, y las prácticas corporales del Tai Chi y el Qi Gong, han sido reinterpretados por Cárdenas para forjar un lenguaje dancístico único. Este lenguaje no solo atiende a la forma exterior del gesto, sino que se adentra en los sustratos energéticos que lo motivan, proponiendo una danza que es, al mismo tiempo, expresión artística y práctica de autoconocimiento.
El evento se convirtió, así, en un puente tendido entre la isla caribeña y el lejano Oriente, demostrando una vez más que el arte verdadero no conoce fronteras. Fue una mañana de enriquecimiento colectivo, donde los asistentes pudimos comprender que la obra de una de las más grandes coreógrafas cubanas contemporáneas es también un testimonio elocuente del encuentro entre civilizaciones y de la universalidad del espíritu humano a través del arte del movimiento.




