Tres décadas cultivando no solo el arte marcial del Wushu y la milenaria práctica del Qigong, sino también fomentando la salud, la paz interior y la unión de una gran familia.
Desde aquí, queremos extender nuestro más cálido y sincero reconocimiento a todos los fundadores, maestros, instructores y alumnos que, con su esfuerzo y pasión, han sido parte fundamental de esta hermosa historia. Gracias por llevar la esencia de estas disciplinas a nuestro pueblo y por enriquecer nuestra cultura.
Que sigan los éxitos, el crecimiento y, sobre todo, que continúe esta misión de llevar bienestar a más personas.




